¿Nos asusta a los psicoterapeutas trabajar con abusos sexuales en la infancia?

Hay tantos mitos y desconocimiento alrededor de los abusos sexuales en la infancia, que en ocasiones puede dificultar el manejo de estos asuntos en consulta. Las cifras de su incidencia en la población no son baladíes y nos invitan a tenerlo muy presente.

Save the Children presentó en mayo de 2012 el informe “Más allá de los golpes”, en el que recogía algunas estimaciones espeluznantes. Por ejemplo, que  el 23% de las niñas y un 15 % de los niños ha sufrido abusos sexuales antes de los 17 años en España. Con el hándicap añadido que arrojan los estudios, que supone que en torno  al 80% de los abusos son silenciados por estar producidos dentro del ámbito familiar.

Es casi imposible no encontrarse con algún caso en nuestra práctica a lo largo de nuestra experiencia psicoterapéutica, tener unas nociones básicas sobre el impacto del abuso sexual infantil es primordial.

Los abusos sexuales infantiles en consulta.

No podemos obviar que muchos de nuestros pacientes han experimentado alguna forma de abuso sexual en la infancia, con efectos variables en cada uno de ellos. Suponiendo para un alto porcentaje un factor primordial en la etiología de sus problemas psicopatológicos.

Cuando nos encontramos en consulta con una persona que nos comenta, o incluso sospechamos,  que ha sufrido abuso sexual en la infancia corremos el riesgo de atribuir toda su sintomatología a ese suceso. Tener en cuenta el concepto de “Síndrome de Acomodación a Abuso Sexual Infantil” (SAASI) de Summit, nos ayuda a entender que esto no siempre es así. Que muchas veces no es primordial el suceso en sí, sino las circunstancias que lo acompañaron. El por qué se convirtió en un secreto, por qué nadie lo defendió, o por qué los mecanismos disociativos fueron tan útiles en aquel momento. Incluso nos resultará útil para tener en cuenta lo importante que es, no solo lo que nos cuenta, si no lo que calla. 

Ante una sospecha de abuso sexual en la infancia, puede que nos sintamos impelidos a indagar sobre el evento o eventos de una manera apresurada,  puede que incluso innecesaria o iatrogénica. Y también corremos el riesgo de asustarnos en exceso y no ser capaces de sostener nuestra angustia. Aquí el concepto de “Trauma de traición” de Freyd, nos puede ayudar a entender por qué hay que cuidar nuestra reacción ante la revelación. Y de cómo la amnesia puede ser un mecanismo adaptativo de supervivencia, y por lo tanto ser tenida en cuenta para contextualizar la minimización de lo ocurrido por la propia víctima.

Me sorprende que pese a ser un factor que correlaciona en la patogénesis  de  muchos problemas psicológicos y emocionales, siga siendo un tema con limitadas investigaciones todavía, lo que ocasiona que siga muy silenciado por un lado, o sobre dimensionado por otro. Colocándonos a los y las profesionales en una situación de falta de herramientas para acompañar el trabajo terapéutico de las personas que acompañamos en psicoterapia cuando hay abuso sexual en la infancia.

 

El síntoma como mecanismo de supervivencia.

Puede que la  persona que nos pide ayuda perdiera la inocencia en la infancia, para dar entrada a lo siniestro. Que llegue convencida de que está inevitablemente rota, defectuosa, y que poco se puede hacer por ella. Si como profesionales nos instalamos también en esa idea fatalista es probable que nos cueste indagar, acompañar,  contener o intervenir adecuadamente. Para que esto ocurra debemos abrirnos a la idea de que la patología no siempre es un déficit. Ni que el ser víctima es un presupuesto incuestionable para toda la vida.

Vivir sucesos emocionalmente  muy perturbadores en la infancia impacta abruptamente en el psiquismo en desarrollo, haciendo que sus capacidades se vean rebasadas. En respuesta a la experiencia abusiva se pondrían en marcha mecanismos de defensa encaminados a evitar el intenso sentimiento de angustia vivido. Algunos de estos mecanismos repetidos en el tiempo podrían acabar desembocando en sintomatología psicopatológica. 

Los y las profesionales sí podemos ayudar a poner palabras a lo ocurrido para que pueda ser representado en una nueva narrativa que permita que el traumatismo pueda ser simbolizado y entendido desde el prisma que supuso tener que sobrevivir en el secreto y la traición. Podemos ayudar a entender el síntoma como mecanismo de supervivencia, en lugar de un déficit personal.

Retos profesionales.

Si en todos los casos que tratamos es importante tener en cuenta cómo nos afectan e impactan los asuntos de las personas que acompañamos, cuando hay trauma, más. Porque en función de ese impacto, reaccionaremos, de una forma u otra, aún sin saberlo, lo haremos. Y la persona que tenemos en frente lo notará. Notará si nos asusta lo que nos cuenta, y si nuestra angustia dificulta que sostengamos la suya. Nuestro tono de voz, nuestra postura, nuestra manera de dirigirnos a ellas o ellos se verá afectada. Influirá en nuestra manera verlas y tratarlas, si les colocamos en la posición de víctima dañada con un déficit para toda la vida, o con potencial de cambio. No tener en cuenta la transferencia y la contra transferencia en psicoterapia, como proceso relacional que es, puede limitar la capacidad psicoterapéutica. 

A veces se pone demasiado hincapié en técnicas dirigidas a desafiar las defensas de las personas que piden ayuda, y que por alguna razón no pueden o quieren hablar de ello. Forzar la indagación sobre los abusos, en el mejor de los casos puede forzar el abandono de la terapia. No olvidemos, que si esas defensas están ahí, es porque en su momento fueron necesarias y útiles para sobrevivir, o al menos para mantener cierta homeostasis. Conocer unas nociones básicas sobre neurobiología del trauma, nos puede ser útil a la hora de abordarlo en consulta. 

Comprender ayuda a perder el miedo, a no dejarnos invadir por la inseguridad o la ansiedad, y así  poder acompañar a una persona que nos cuenta su historia sin angustiarnos a asustarnos. Sin anularnos, o acabar haciendo intervenciones apresuradas.

Mi intención no es hacer un listado de síntomas, ya hay mejores tratados que lo que yo pueda aportar. Pero sí me gustaría ofrecer una idea global del funcionamiento para el mayor número de situaciones en que nos encontremos en consulta con personas que se han visto sometidas a tales circunstancias. Teniendo en cuenta que  cada caso es único, y esto implica un gran desafío profesional. Poder entender el momento en el que se encuentra la persona que tenemos delante, mientras perdemos el miedo a poder acompañarla mientras nos cuenta su historia sin angustiarnos ni asustarnos. Sin apremiarnos a intervenir, empujando el proceso a un ritmo demasiado rápido, en lugar de acompañar a que sea la propia persona la que movilice sus recursos, supone un fino equilibrio. No en vano, nadie es definido totalmente por una historia de abuso, o no debería serlo.

Bibliografía

Araya-Véliz, Claudio & Herrera Salinas, Pablo. (2007). Errores y dificultades comunes de terapeutas novatos. 

Revista Argentina de Clínica Psicológica 2018, Vol. XXVII, N°1, 5-13

Losada, A., Saboya, D. (2013). Abuso sexual infantil, trastornos de la conducta alimentaria y su  tratamiento. Psicología, Conocimiento y Sociedad, 3(2), 102-134 Disponible en: http://revista.psico.edu.uy/index.php/revpsicologia/index

Malacrea, M. (1998) Trauma y reparación. El tratamiento del abuso sexual en la infancia. Barcelona – Paidós

Perrone, R. y Nannini (1997) Violencia y abusos sexuales en la familia. Un abordaje sistémico y comunicacional. Buenos Aires – Paidós

Platt & Freyd (2015) Betray My Trust, Shame on Me: Shame, Dissociation, Fear, and Betrayal Trauma. Psychological Trauma: Theory, Research, Practice, and Policy. American Psychological Association, Vol. 7, No. 4, 398–404. “

PORGES, S.W. (2017) Guía de bolsillo de la teoría polivagal: el poder transformador de sentirse seguro. Barcelona: Eleftheria

Save the Children (2012).Más allá de los golpes: ¿Por qué es necesaria una ley?. Informe sobre la violencia contra los niños y las niñas. Madrid. Save the Children España

Summit, R.C. (1983) The child sexual abuse accommodation syndrome (El síndrome de acomodación al abuso sexual infantil). Child Abuse & Neglect, 7, págs. 177-193. 

 

Mamen Bueno

Mamen Bueno

Psicóloga especialista atención a víctimas de violencia de género. Formada en Gestalt, Análisis Transaccional, Psicología Transpersonal, Mindfuness, Creatividad, Coaching, PNL y Psicología de la Obesidad.
Ha formado parte del Comité técnico que elaboró la Estrategia de Atención al Parto Normal para el Sistema Nacional de Salud.
Fue colaboradora de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres

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